10 consejos para comer bien y prevenir enfermedades

“Una dieta variada y equilibrada es fundamental para aportar al organismo los nutrientes necesarios para que éste desarrolle sus funciones de forma adecuada, a fin de asegurar una buena salud”, máxime cuando en los últimos años, “los hábitos alimenticios han cambiado mucho en España”, según explica Eduardo González Zorzano, asesor médico de Cinfa.

“El estilo de vida actual, las prisas y la falta de tiempo impiden a muchas personas mantener una alimentación saludable. Esto repercute en carencias de nutrientes que pueden incidir en el bienestar e incrementar el riesgo de padecer enfermedades y problemas de salud”, sostiene el experto.

De hecho, diferentes estudios han demostrado que algunas de las patologías más comunes en los países desarrollados, como los problemas cardiacos, la hipertensión arterial, la osteoporosis, la diabetes, la obesidad o los trastornos digestivos, pueden estar directamente vinculadas a los hábitos alimenticios y nutricionales de las personas.

 “Una nutrición adecuada es la que encuentra un equilibrio entre el aporte necesario de nutrientes y calorías y las necesidades de cada persona: -señala González Zorzano-. Puesto que no existe ningún alimento que reúna todos los nutrientes esenciales para nuestro organismo, la clave de una alimentación sana y equilibrada consiste en incorporar una amplia variedad de alimentos a nuestra dieta diaria y semanal”.

En este sentido González Zorzano da 10 consejos para comer bien y evitar enfermedades, el primero de los cuales es planificar un menú semanal equilibrado y variado, porque ayudará a distribuir los diferentes grupos de alimentos a lo largo de la semana y a facilitar la compra”.

Seguidamente, hay que establecer unos horarios de comida regulares, porque unos horarios ordenados permitirán comer con tranquilidad y en un entorno adecuado.

Realizar cinco comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Hay que evitar picar entre horas.

Desayunar fuerte y cenar ligero. El desayuno debe incluir fruta, lácteos y tostadas o cereales, para asegurar un pleno rendimiento físico e intelectual. Y por la noche, para dormir bien, hay escoger alimentos ligeros de digerir, como verduras, sopas, pescados o lácteos.

Beber entre uno y dos litros de agua al día. Es importante mantener una correcta hidratación. El agua favorece la digestión de los alimentos, y ayuda a normalizar el tránsito intestinal.

Moderar el consumo de alcohol. El vino y la cerveza son una fuente importante de vitaminas, minerales y antioxidantes naturales. Sin embargo, no deben sobrepasarse los 2-3 vasos al día en varones, y algo menos, 1,5, en mujeres.

Evitar las grasas saturadas, las harinas refinadas y los azúcares. Hay que sustituir las grasas animales por aceite de oliva virgen, con propiedades cardiosaludables; escoger alimentos integrales, más ricos en fibra, vitaminas y minerales. Y huir de los azúcares simples, que favorecen el sobrepeso y la caries dental.

Cocinar sano, preparando los alimentos al vapor, al horno o a la plancha y evitando en lo posible las frituras y las salsas. No abusar de alimentos precocinados.

Dejar la sal en el salero, porque si se come sin sal se protegerá el corazón. Se puede sustituti por apio, vinagre o especias, y así se añadirá más sabor a las comidas.

Consultar al farmacéutico sobre los complementos alimenticios, porque con su aporte extra de nutrientes, ayudan al organismo a funcionar de forma óptima y favorecen la prevención de posibles problemas de salud.

“Además -señala el experto-, un factor determinante a la hora de garantizar una dieta saludable es acompañar nuestros hábitos alimenticios de ejercicio diario. El ejercicio moderado, como caminar, al menos entre media y una hora diaria, es clave para asimilar las grasas y los hidratos de carbono de forma adecuada, y asegurar que nuestro metabolismo funciona correctamente”.

Fuente: MALLORCA DIARIO.COM