De la hipertensión arterial a la insuficiencia cardíaca

La enfermedad afecta a cerca de mil millones de personas en todo el mundo,
especialmente en los países desarrollados

(Caracas, julio 2012) La hipertensión arterial es una enfermedad muy frecuente en la población, tanto es así que ha llegado a convertirse en una preocupación de salud pública mundial según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta enfermedad, caracterizada por el incremento de la presión sanguínea, va deteriorando progresivamente las arterias y otros órganos del cuerpo, además de ser considerada una de las principales causas de la insuficiencia cardíaca.

El cardiólogo Daniel La Greca, Vicepresidente de la Sociedad Cardiológica de Argentina, en su reciente visita a Venezuela en el marco del XLV Congreso Nacional de Cardiología, aseguró que la hipertensión arterial y por ende la insuficiencia cardíaca, se deben mayormente a los malos hábitos alimenticios y al alto grado de sedentarismo: “Es de vital importancia mantener una dieta baja en grasas y sobre todo baja en sal. Hoy en día el promedio diario de consumo de sal por parte de los latinoamericanos es de 15 a 17 gramos cuando en realidad se requiere de sólo 5 a 6 gramos”.

Por otra parte el cardiólogo Alberto Cafferata, Secretario Técnico de la Sociedad Cardiológica de Argentina y quien acompañó al Dr. La Greca en su visita, señaló que “en algunos pacientes existe una predisposición genética que es difícil prevenir pero haciendo una dieta balanceada, con una actividad física frecuente y la moderación en el consumo de alcohol y cigarrillos, es posible ganarle a la hipertensión y a la insuficiencia cardíaca”.

Según estos especialistas, durante su ponencia denominada “Tercera generación de betabloqueantes: de la hipertensión arterial a la insuficiencia cardíaca”, existen nuevos medicamentos con el componente Nebivolol, el cual protege que el corazón aumente de tamaño y grosor y disminuye la incidencia de la presencia de la enfermedad y las estadísticas  de mortalidad en los pacientes.

Fuente: Conecta