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Un antibiótico evita que crezca el cáncer

Un trabajo dirigido por el investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) Manel Esteller abre la puerta al tratamiento del cáncer a través de una novedosa vía: la estimulación, mediante la administración de un fármaco, de la producción de moléculas de microARN, una de las partes no codificantes del ADN. Estudios recientes han demostrado que cada vez está más claro que este tipo de ADN, antes conocido como ADN basura, juega un importante papel en el desarrollo de los tumores malignos.


Según explica Esteller, "en la mayoría de los tumores se puede ver un defecto en la producción de microARN". Por esta razón, el efecto observado con la enoxacina, el principio activo de un antibiótico muy utilizado en las infecciones de orina, es una buena noticia. El fármaco ha logrado producir más microARN tanto en células tumorales en el laboratorio (in vitro) como en tumores humanos insertados a ratones, según se recoge en el estudio publicado en PNAS.

Faltaría ahora la parte más importante, que es descubrir si este mismo efecto se reproduce en pacientes de cáncer. "Estamos pensando en hacer ensayos clínicos en humanos. Puesto que el fármaco se utiliza para infecciones urinarias, probablemente lo probaríamos en afectados por tumores en esas zonas", comenta el investigador, que señala que aún "no hay fecha" para el comienzo de dichos estudios.

Aunque existen innumerables casos de fármacos diseñados con un fin que han demostrado ser útiles para otras patologías, no hay precedente en un medicamento que consiga estimular la producción de microARN. De hecho, como comenta Esteller, los investigadores llevaban años buscando "posibles moléculas que pudieran regular" dicha producción.

RESULTADO DESCONOCIDO

En este tiempo, se habían producido avances importantes. Por ejemplo, señala el científico, sí habían localizado sustancias que conseguían actuar sobre el ARN de interferencia, "un primo hermano del microARN". También se había demostrado que se podía administrar un microARN para inhibir otro. Pero nunca se había logrado el objetivo perseguido. "No sabíamos qué iba a pasar", reconoce Esteller.

La enoxacina en este uso sería, por lo tanto, un fármaco de los denominados first in class, el primero de una nueva familia. "Esperamos que este descubrimiento estimule a las farmacéuticas", comenta el investigador catalán en conversación telefónica. El antibiótico tiene una ventaja adicional frente a otros candidatos y es que, al estar aprobado su uso para algunas infecciones, "ya se conoce su metabolismo en humanos. Aunque pueda no llegar a aprobarse el uso de esta molécula en tratamientos oncológicos, el hallazgo abre la puerta al diseño de nuevos fármacos que tengan como diana terapéutica los microARN", subraya Esteller en un comunicado.

El hallazgo del Idibell podría suponer también, aunque de una forma mucho más hipotética, una vía para la tan buscada prevención del cáncer. Puesto que en muchos tumores hay un defecto en la producción de microARN, "si una sustancia con baja toxicidad lograra ese efecto, podría utilizarse para personas con riesgo elevado, como los fumadores", apunta el científico.

Autor: Ainhoa Iriberri

FUENTE: Público.es

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