BIENVENIDOS A

BIENVENIDOS A

Resistencia a los antibióticos

“Corremos el riesgo de llegar a la era posantibiótico”

En Villa María cada año se acentúan ciertas patologías ya que no se encuentran antibióticos para combatirlas. Las bacterias se tornan invulnerables de diferentes formas e incluyen cambios en su material genético.



Por Mariana Chialvo y José Menta

En el año 1945 el científico escocés Alexander Fleming, mientras recibía el Premio Nobel de Medicina, manifestó que “no es difícil producir microbios resistentes a la penicilina. Podría venir un tiempo en que ésta pueda ser comprada por cualquier persona en una tienda. Entonces, existirá el peligro de que la gente se autoadministre dosis bajas y exponga a los microbios a cantidades no letales de este fármaco, que los vuelvan resistentes”.*

Las palabras pronunciadas por Fleming, una década antes de su fallecimiento, cobran vigencia en el siglo XXI dentro del campo científico. En la actualidad, la penicilina que se venía administrando para combatir una variedad de infecciones bacterianas incluida la meningitis, la neumonía y la gonorrea, es básicamente inútil en muchos de los casos. Como consecuencia, el uso indebido o incompleto de este fármaco y otros medicamentos han provocado que los microbios desarrollen una resistencia a los mismos.

La automedicación sin la necesidad de ingerirlos y sin prescripción médica, se ha incrementado considerablemente de tal forma que el problema ahora es la resistencia bacteriana ante sus efectos. Las bacterias se vuelven fuertes de diferentes formas y todas éstas incluyen cambios en su material genético.

Sobre esta temática, la médica infectóloga Graciela Ortega, manifestó que corremos el riesgo de llegar a la “era posantibiótico”.

“Antes de los años 60’ no se aplicaban antibióticos porque no se habían inventado. Actualmente, por el uso indebido o frecuente dejaron de ser efectivos. Las dosis que se usaban cuando apareció la penicilina eran mucho más bajas de las que se aplican hoy, que son muy altas para lograr el mismo efecto”.

La profesional, que se desempeña en el Área de Infectología del Hospital Regional Pasteur, definió que la resistencia antimicrobiótica es cuando una bacteria no muere al enfrentarse a un antibiótico y este hecho existe desde la aparición de los primeros fármacos para combatirlas. “El mal uso de los antibióticos provoca esto y ese uso indebido es indicar un medicamento cuando no hace falta. Por ejemplo, cuando uno tiene un cuadro de fiebre en vez de pensar en bajar la temperatura damos un antibiótico. Muchos de estos cuadros son virales y el antibiótico no los modifica”.

La resistencia a los antibióticos amenaza con dejar sin respuesta a médicos y agentes de salud para tratar numerosas infecciones.

Además, la médica especialista manifestó que “la persona que insiste a su médico para que la medique debe darse cuenta que está haciéndose daño. Y en todas las edades se ve esta conducta, pero donde más se pone a prueba la resistencia de la que venimos hablando es en los pacientes internados, porque al estar expuestos a muchas instrumentaciones están muy invadidos y existen posibilidades de que aparezcan infecciones; si encima están con antibióticos y las bacterias comienzan a hacerse resistentes a los mismos, ante una nueva infección, no tenemos un antibiótico que sea útil”.

En Villa María, esta problemática se viene acentuando cada año con pacientes cuyas patologías no pueden revertirse porque no se encuentran antibióticos para ciertas enfermedades. “Está en nuestras manos modificar algunas cosas”, señaló Ortega porque “los laboratorios no están fabricando nuevos medicamentos y si bien se fueron produciendo algunas variantes farmacológicas, las bacterias van ganando la batalla”.

Por otra parte, la doctora Ortega, concluyó que inventar un nuevo antibiótico no es tarea sencilla y para revertir la situación descripta se debe educar a la población a nivel personal, farmacéutico y médico. “Al usar un medicamento, debe hacerse en el tiempo acorde y forma adecuada. Lo básico sería no utilizarlo si no es necesario, que la gente no insista al médico para que la medique y que los profesionales de la salud razonemos más a la hora de medicar”, indicó.

Para la médica infectóloga, en el momento que un profesional coloca el antibiótico éste actúa sobre una población de bacterias que nunca es cien por ciento sensible al mismo. “Matamos un porcentaje grande de bacterias pero existe siempre un pequeño número que no fue atacado. Ese menor porcentaje es el que se hace resistente. En muchas ocasiones esas bacterias no son generadas en nuestro propio organismo, sino que están en otra persona y ésta nos la contagió”, aclaró.

Prevención


La prevención debe guiar las prácticas médicas y requiere de la participación de la población en general. Sobre esta cuestión, Graciela Ortega, aseveró que para revertir la actual situación en la que estamos inmersos “debemos prevenir el paso de bacterias de una persona a otra, trabajar para promocionar la salud y evitar la aparición de infecciones que requieran el uso de antibióticos.

Como primera medida tenemos que tomar conciencia sobre la situación y luego llevar a cabo acciones preventivas, por ejemplo saber que lavándonos las manos regularmente estamos evitando el contagio. Hay mayores posibilidades de transmisión de una bacteria cuando una persona resfriada nos da la mano que si nos estornudase en la cara. Debemos evitar las infecciones cruzadas de una persona a otra”, finalizó.

Responsabilidades compartidas


Por otra parte, César Rivera, médico generalista jefe de Guardia en el Hospital Regional Pasteur cada jueves, manifestó que “por el uso indebido de antibióticos para combatir gérmenes, éstos se van mutando y se van haciendo resistentes. Sobre utilizar un medicamento hace que los gérmenes generen resistencia al mismo”.

Al momento de hablar de culpas, el profesional médico, adjudicó compromisos en porcentajes iguales: “Las responsabilidades están compartidas. Por un lado, los médicos solemos hacer una indicación indiscriminada de antibióticos cuando no es necesario. La automedicación, también, es uno de los inconvenientes porque tomar remedios sin prescripción médica genera resistencia.

El acceso libre y fácil que tienen las personas a los fármacos es un agravante. Por último, los farmacéuticos son actores implicados ya que venden medicamentos sin recetas ni indicación médica”.

Finalmente, dejó en claro que existe una falta de conciencia sobre el consumo y utilización indiscriminada de antibióticos. “La situación se podría revertir con mayor control y responsabilidad”, sentenció.

“Superbacterias”

Julio Domínguez, presidente de la Cámara de Farmacias del Centro Argentino, brindó su opinión personal: “Los farmacéuticos estamos actualizados sobre el tema pero estamos alejados de la problemática. Creo que el mayor porcentaje de responsabilidad es de los médicos; cuando realizan un mal diagnóstico equivocan la medicación. Como consecuencia, empiezan a probar varios antibióticos hasta dar con el indicado y esto hace que las bacterias se muten y hagan resistentes. Estamos ante la presencia de superbacterias”.

Además, Domínguez advirtió que “el avance científico es muy grande y esto les permite a los médicos ser precisos en el diagnóstico y por consecuencia indicar el medicamento correcto”. El titular de la Cámara de Farmacias señaló que revertir la problemática no es algo fácil ya que “en  los últimos años los laboratorios han dedicado sus investigaciones a medicamentos antiinflamatorios, antihipertensivos y gastrocinéticos porque éstos son los que les generan mayores ingresos. Además, tenemos que educar a la gente para modificar nuestros hábitos cuando estamos enfermos y no transmitir los gérmenes. Cuidarnos cuando tosemos o estornudamos, lavarnos las manos regularmente, entre otros”.

Por último, consultado sobre la función que tienen los farmacéuticos remarcó que la gente los ve como meros despachantes de medicamentos. “Y esto no es así. Ante la desinformación nosotros debemos actuar para que nadie se equivoque cuando va a comprar un remedio. Por ejemplo: la mayoría que suele ir a comprar una aspirina no sabe que si es mal autoadministrada durante mucho tiempo termina generando bacterias resistentes”, finalizó.

Proyecto conjunto con el Consejo Municipal de la Salud


La infectóloga Graciela Ortega comentó que el Hospital Regional Pasteur junto al Consejo Municipal de la Salud de Villa María realizarán un “diagnóstico de situación sobre la resistencia de las bacterias en pacientes internados y ambulatorios. Especialmente, se llevará a cabo en algunas bacterias problema”.

Por otra parte, manifestó que “con médicos del hospital y del municipio revisaremos las pautas sobre uso racional de antibióticos; al mismo tiempo desarrollaremos actividades con farmacéuticos y la comunidad en general”.

Además, agregó que “se trabajará sobre un protocolo de manejo basado en lo científico, en lo que está escrito y demostrado. De esta forma, consideramos que ante una enfermedad puntual si utilizamos un antibiótico de menor espectro, es decir que cubra menos cantidad de bacterias y que sea más específico para la bacteria que se ha aislado, estaremos reduciendo el riesgo de generar resistencia”.

La OMS realizó un llamado de emergencia


Este año cuando se celebró el Día Mundial de la Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su preocupación por esta problemática mundial que parece no detenerse. En un informe publicado en el mes de abril, indicó que si no se cumple con el tratamiento indicado “la bacteria no está eliminada por completo y como deja de recibir el fármaco, lo que hace es mutar, se defiende y sigue latente en el cuerpo, y cuando se presenta de nuevo el mal, el medicamento ya no hace efecto”.

La OMS aseguró que si la situación no se revierte “ocasionaría millones de muertes”. Por ello, sugiere urgentemente a gobiernos, médicos, pacientes, farmacias y laboratorios “actuar con responsabilidad, controlar la calidad y el consumo de medicamentos, y promover la investigación científica”.

Fuente: Red Salud

No hay comentarios: