El estudio es el primero en demostrar que una herramienta simple de control preventivo podría ser usada para detectar el autismo en los bebés, dijo la doctora Lisa Gilotty, que dirige el programa de autismo del Instituto Nacional de Salud Mental, el cual financió la investigación.
'El beneficio de este estudio es que los niños entran en tratamiento mucho antes de lo que lo harían de otra manera', indicó Karen Pierce, de la University of California en San Diego, cuyo estudio fue publicado en Journal of Pediatrics.
El autismo, un trastorno cerebral complejo y misterioso, afecta a uno de cada 110 chicos en Estados unidos y es cuatro veces más común en varones que en niñas.
El trastorno se caracteriza por dificultades en la interacción social, la comunicación y la comprensión de las emociones y conductas de otras personas. Suele diagnosticarse en la infancia temprana, alrededor de los 3 años, y estudios recientes muestran que cuanto antes es diagnosticado y tratado el niño, mejores resultados se obtienen.
'Hay evidencia amplia de que la terapia temprana puede tener un impacto positivo en el cerebro en desarrollo', señaló Pierce en un comunicado.
'La oportunidad de diagnosticar y por lo tanto comenzar el tratamiento del autismo alrededor del primer cumpleaños del niño tiene un enorme potencial para cambiar los resultados en los chicos afectados por este desorden', añadió.
Para el estudio, Pierce y sus colegas pusieron en conexión a 137 pediatras de San Diego que comenzaron sistemáticamente a controlar a todos los bebés al cumplir el primer año de vida.
Como parte del programa de control, los padres respondieron una encuesta, evaluando a sus bebés en temas como: 'Cuando juega, ¿el niño lo mira para ver si usted lo está observando?' o '¿Su hijo sonríe o ríe mientras lo mira?'.
Los bebés que fracasaron en el control fueron derivados al centro de autismo de la universidad para que se les realicen más pruebas. Esos niños fueron nuevamente evaluados cada seis meses hasta los 3 años, cuando solieron mostrar síntomas de autismo.
De los más de 10.000 bebés analizados, 184 presentaron problemas en el control inicial y el 75 por ciento de ellos terminó con algún trastorno.
Del total, 32 de niños recibieron diagnóstico de autismo, 56 tenían problemas de lenguaje, nueve presentaban retraso del desarrollo y 36 mostraron otros problemas.
Gracias al programa de control, todos los niños diagnosticados con autismo o retraso del desarrollo y el 89 por ciento de aquellos con problemas de lenguaje fueron derivados a una terapia conductual alrededor de los 17 meses.
En promedio, esos niños comenzaron a recibir tratamiento a los 19 meses, cuando de otra forma lo hubieran obtenido a los 3 años o más, explicó Gilotty.
Pierce dijo que encuestas efectuadas a los médicos antes del programa mostraron que la mayoría no controlaba a los niños de una manera sistemática para detectar autismo. Pero después del estudio, el 96 por ciento dijo que había continuado usando la herramienta.
Gilotty expresó que la efectividad del test de control debe ser confirmada por otros estudios, pero añadió que prueba que es posible evaluar sistemáticamente a los bebés en busca de indicios de autismo de una forma poco engorrosa para los pediatras.
fuente: Por Julie Steenhuysen (Editado en español por Ana Laura Mitidieri)
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