OPS alerta sobre la interferencia de la industria tabacalera en los países de las Américas
La industria tabacalera continúa interfiriendo con las políticas de control de tabaco en las Américas, y estos esfuerzos se han intensificado desde que en 2005 entrara en vigencia el Convenio Marco para el Control de Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según los resultados preliminares de un informe de la Organización Panamericana de la Salud/OMS (OPS/OMS) que se analizarán hoy en la sede de la Organización.
En el Día Mundial Sin Tabaco, que se celebra este 31 de mayo, la OPS/OMS hace un llamado a los líderes nacionales para que vigilen los ataques cada vez más agresivos de la industria, desde intentos de bloquear leyes sobre control de tabaco, hasta demandas ante los tribunales nacionales para impedir su implementación. El tabaco mata a casi 6 millones de personas en el mundo, tanto por consumo directo como por exposición al humo de tabaco ajeno. Al menos un millón de esas muertes ocurren en las Américas.
De los 35 países de las Américas, 29 ya son parte del Convenio Marco de la OMS, el primer tratado internacional de salud pública que obliga a sus Estados Parte a aplicar una serie de políticas y medidas para reducir el consumo de tabaco y para proteger a sus poblaciones de la exposición al humo de tabaco.
Desde la entrada en vigencia del Convenio Marco, los países de América Latina y el Caribe experimentaron un progreso significativo en su implementación. Tanto los gobiernos de la región como los de muchos países en el mundo trabajan para crear lugares de trabajo y espacios públicos cerrados totalmente libres del humo de tabaco, así como para informar a la población sobre los efectos nocivos del tabaco, entre otras medidas del Convenio Marco. Por su parte, la industria tabacalera está recurriendo a distintas estrategias, incluso a las demandas legales contra los gobiernos, para socavar estos progresos. Los gobiernos de Australia, Noruega y Uruguay, por ejemplo, se enfrentan con demandas legales de la industria tabacalera en sus tribunales nacionales.
“En la medida en que nos movemos hacia delante, no es una sorpresa encontrar a una industria tabacalera que busca socavar los intentos de la salud pública por salvar vidas”, afirmó el Director Adjunto de la OPS, doctor Jon K. Andrus. “Hay un conflicto irreconciliable entre los intereses de la industria tabacalera y los intereses de una política de salud pública sólida. Así, hoy más que nunca es crucial pararnos con firmeza en esta área de trabajo y salvar más vidas más rápidamente con buenas políticas de salud pública”, añadió.
En los resultados preliminares de un informe de la OPS/OMS sobre la actividad de la industria tabacalera en América Latina y el Caribe, se identifican las estrategias que esta industria utiliza para socavar las políticas de control de tabaco, como por ejemplo, el uso del litigio para intimidar a los hacedores de políticas, el financiamiento político y el cabildeo, así como campañas de relaciones públicas para crear opinión pública favorable a sus intereses.
Proponer legislación más débil, bloquear la aprobación de normas, crear controversia en los medios de comunicación, usar grupos como los cultivadores de tabaco son algunos ejemplos de estrategias que se suelen aplicar antes de que se aprueben leyes de control de tabaco. Una vez aprobada estas leyes, las estrategias de la industria pasan por iniciar litigios ante tribunales nacionales, por buscar enmiendas que debiliten la norma, por socavar su implementación o por bloquear su regulación, entre otras.
Estas conclusiones preliminares serán analizadas este 31 de mayo en la sede de la OPS/OMS, durante un panel que abordará la interferencia de la industria tabacalera en América Latina y el Caribe, en Estados Unidos, así como las similitudes de los planes y estrategias de la industria del alcohol.
El apartado 3 del artículo 5 del Convenio Marco de la OMS insta a los países a proteger las políticas de salud pública de los intereses comerciales y de otros intereses creados de la industria tabacalera. Según esta norma, los países deben aplicar medidas tales como: limitar las interacciones con la industria tabacalera y dar a conocer todas las reuniones que mantengan con sus representantes, no aceptar las alianzas y los acuerdos sin fuerza jurídica con la industria, rechazar fondos y otras formas de apoyo de la industria, así como el respaldo y la participación de ésta en iniciativas dirigidas a los jóvenes.
En el Día Mundial Sin Tabaco, la OMS publicó un documento técnico y un resumen mundial basados en las directrices enunciadas en 2008 para la aplicación del artículo mencionado, para sugerir a los países distintas formas de combatir la injerencia de la industria tabacalera. Entre los temas abordados se destacan:
- las maniobras de la industria para sabotear los procesos políticos y legislativos;
- la exageración de la importancia económica de la industria tabacalera;
- la manipulación de la opinión pública con el fin de crearse una apariencia de respetabilidad;
- la falsificación del apoyo mediante grupos prestanombres;
- los intentos por desacreditar los resultados de investigaciones científicas;
- la intimidación de los gobiernos mediante los pleitos judiciales o la amenaza de demandas.
Se estima que a partir de 2030 el consumo de tabaco matará a más de 8 millones de personas cada año, y cuatro de cada cinco de estas muertes ocurrirán en los países de bajos y medianos ingresos. El consumo de tabaco es un factor de riesgo de enfermedades no transmisibles como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes sacarina y las afecciones respiratorias crónicas. Las enfermedades no transmisibles causan el 63% de la mortalidad en el mundo. También se estima que la exposición al humo del ambiente mata a otras 600 000 personas cada año.
Este año, la OPS cumple 110 años y es la organización de salud pública más antigua del mundo. Trabaja con todos los países del continente americano para mejorar la salud y la calidad de la vida de las personas de las Américas y actúa como la Oficina Regional para las Américas de la OMS.
Fuente:OPS/OMS
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