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Staphylococcus , Pseudomonas y Acinetobacter son los microbios que registran mayor resistencia a los antibióticos en centros de salud

UNA EPIDEMIA SILENCIOSA SE ESCONDE EN LOS HOSPITALES

La batalla contra las bacterias es un asunto global. Tal es su magnitud, que la directora general de la OMS, Margaret Chan, lanzó una advertencia: “Mientras no se apliquen medidas correctivas y protectoras de carácter urgente, el mundo se encamina a una era post-antibiótica en la que muchas infecciones comunes no tendrán cura y volverán a matar con toda su furia”

Por: Thairy Baute / tbaute@gmail.com

Una noticia aparecida en La Prensa de Monagas (www.laprensademonagas.com.ve) el pasado mes de mayo encendió la alarma entre los habitantes de esa región oriental. Un grupo de padres de bebés fallecidos denunciaron la existencia de bacterias en la Unidad de Terapia Intensiva Neonatal del Hospital Universitario Manuel Núñez Tovar.

De acuerdo con las declaraciones de Petra Yaguarín, tía de una bebé muerta, solamente en el mes de abril un total de 32 neonatos perecieron por cuadros infecciosos producidos por bacterias. Según otro denunciante, las culpables están identificadas: Klebsiella y Pseudomonas. La primera causa afecciones urinarias y respiratorias, mientras que la segunda ataca el sistema pulmonar, y en ambos casos es difícil el tratamiento de la enfermedad por la resistencia que presentan estas bacterias ante los antibióticos.

El doctor Manuel Guzmán Blanco, fundador-coordinador del Programa Venezolano de Vigilancia de Resistencia a los Antibióticos (Provenra) y uno de los pioneros en el país en los estudios bacterianos, asevera que actualmente en la red hospitalaria nacional preocupa la presencia del Staphylococcus aureus (resistente a la Oxacilina), Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter , éstas últimas invulnerables a casi todos los antibióticos.

Duras de aniquilar

Para entrar en las consecuencias patológicas de estas bacterias, la médico internista e infectóloga, Marisela Silva, quien además es líder en Venezuela del programa Cinela (Controlando las Infecciones Nocosomiales en Latinoamérica), explica que el Staphylococcus aureus es responsable de la mayoría de las afecciones en la piel y tejidos blandos. En algunos casos, la infección puede llegar a la sangre cuando en los hospitales, por ejemplo, esta bacteria se halla en los catéteres que se colocan a los pacientes para la administración de medicamentos. También el proceso infeccioso pudiera alcanzar a otros órganos vitales como huesos, pulmones y corazón, lo que complica el cuadro clínico del enfermo.

“Cuando vemos los datos aportados por Provenra, observamos que el Staphylococcus ha aumentado su resistencia en un rango de 30% a 40%. Esto significa que de 100 casos de infección por esta bacteria, 40 son resistentes a la Oxacilina. Cuando tenemos un paciente grave, no le podemos administrar este antibiótico, porque se pone en riesgo la vida de la persona”, precisa Silva.

Otro microorganismo que habita, en menor proporción, en centros hospitalarios venezolanos es la Escherichia coli, principal causante de infecciones urinarias, la cual ha incrementado su fortaleza ante antibióticos como Ciproxina, Ciprofloxacina y Levofloxacina, que algunos médicos recetan a sus pacientes, ignorando su poca efectividad en el combate de este microbio.

Una batalla global

De acuerdo con el médico Guzmán Blanco, la resistencia bacteriana se declaró problema de salud pública en Venezuela a finales de 2002, momento en que se comenzaron a implementar medidas para alertar sobre esta situación. No obstante, el propio gremio médico ya había avistado la gravedad del asunto muchos años antes, cuando en 1988 se creó el Programa Venezolano de Vigilancia de Resistencia a los Antibióticos, el cual registra actualmente la información proporcionada por 51 centros de salud públicos y privados de distintas zonas del país para conocer la evolución de la resistencia bacteriana.

Asimismo, es destacable la resolución emitida a finales de 2005 por el Estado venezolano en el que se prohíbe la venta de antibióticos sin récipe médico. El coordinador de Provenra estima que esta medida de control es correcta, aunque algunos antimicrobianos quedaron fuera de la regulación. “Curiosamente, después de aplicada la medida, pareciera que ha aumentado el consumo de antibióticos. Todavía es pronto para evaluar el impacto sobre la resistencia bacteriana”. El doctor Guzmán Blanco es categórico al afirmar que en la aplicación de políticas para luchar contra este problema aún falta en el país la implementación de una variable fundamental: la educación, especialmente de aquellos profesionales responsables en la prescripción de antibióticos como médicos, odontólogos y veterinarios.

La guerra contra las bacterias no es un asunto que se circunscribe a Venezuela, pues también preocupa a las autoridades sanitarias de todos los países. Tal es su repercusión que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como tema del Día Mundial de la Salud 2011 la “Resistencia a los antimicrobianos”. “Mientras no se apliquen medidas correctivas y protectoras de carácter urgente, el mundo se encamina a una era post-antibiótica en la que muchas infecciones comunes no tendrán cura y volverán a matar con toda su furia”, advierte la doctora Margaret Chan, directora general de la OMS.

Oído al tambor


La doctora Carolyn Redondo, ex presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, sugiere que para reducir las secuelas de la resistencia antimicrobiana es imprescindible que los hospitales y los laboratorios estén bien dotados con equipos, insumos y personal. “El correcto lavado de las manos de médicos, enfermeras y demás trabajadores de la salud también es una manera de prevenir infecciones”.

Los médicos deben mantenerse actualizados sobre el comportamiento de las bacterias, utilizando como recurso informativo la página www.provenra.org. A los pacientes se les aconseja acudir a un especialista ante la sospecha de infección, porque muchas como gripe, influenza y la mayoría de las diarreas no necesitan antibióticos.

El poder bacteriano

La resistencia de las bacterias se puede transmitir de diferentes maneras, y una de las formas como se transfiere más rápidamente es a través de un mecanismo codificado por elementos extra-cromosomales de ADN denominados “plásmidos”, los cuales pueden pasar de una bacteria a otra, aunque sean diferentes. “No importa si es un Staphylococcus y la otra es una Escherichia coli”, ejemplifica la infectóloga Silva.

Por su parte, el doctor Guzmán Blanco también menciona que las bacterias se hacen resistentes porque algunas producen enzimas que destruyen a los antibióticos; otras ponen su pared más gruesa para que no entren los antimicrobianos, y existen también aquellas que expulsan al antibiótico una vez que ha entrado en su interior.

Dependiendo del mecanismo de acción del antibiótico, la bacteria activa su sistema de defensa. Incluso, existen bacterias capaces de utilizar varias tretas defensivas a la vez, lo cual las convierte en unas súper bacterias multirresistentes muy peligrosas para el ser humano. De allí la importancia de que los médicos receten antibióticos específicos según la infección del paciente (los exámenes de laboratorio son fundamentales para un diagnóstico preciso), y que las personas no se auto-mediquen creyendo que ese malestar de gripe puede desaparecer al usar un antibiótico recomendado por algún amigo o familiar. En este caso, “el remedio es peor que la enfermedad”.

Fuente: Red Salud

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