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Doctor, ¿quiere ser mi amigo en Facebook?

El uso de las redes sociales para poner en contacto a médicos y pacientes se encuentra todavía en una etapa embrionaria pero tiene un amplio futuro por delante.


Desde su aparición, las redes sociales han logrado delinear nuevas tendencias en varios aspectos de la sociedad, sin embargo, el sector de la salud parece ser uno de los más rezagados en cuanto a los cambios que proponen estos escenarios virtuales de comunicación.

En Internet existen páginas creados por pacientes (como por ejemplo PatientsLikeMe.com o Estudiabetes.org, o grupos en Facebook sobre enfermedades específicas) en las que ellos mismos discuten sobre sus tratamientos, efectos secundarios de las medicinas y síntomas, pero sobre todo, donde comparten sus experiencias para tratar de entender mejor las enfermedades.

Este es uno de los aspectos en los que más ha avanzado la medicina 2.0, nombre con que se conoce a la utilización de las nuevas tecnologías de comunicación en Internet para el beneficio de los sistemas de salud, pero en el que todavía hay mucho camino por recorrer.

El doctor de familia Salvador Casado, quien alterna las consultas tradicionales con el uso de las redes sociales, opina que la medicina 2.0 “está en una fase de crisálida, ni profesionales ni pacientes han entrado. Seguimos centrados en el modelo presencial y hará falta cambiar la cultura para promover otras opciones”.

Y es que la relación entre pacientes y doctores más allá de los consultorios tradicionales es uno de los aspectos en el que redes sociales, como por ejemplo Facebook, MySpace o Twitter, tienen mucho que aportar, según opinan varios expertos.

A UN CLIC DE DISTANCIA

“Hay que cambiar el paradigma clásico de la relación medico-paciente. El cara a cara es fundamental pero las redes sociales y la medicina 2.0 pueden aportar una ayuda en momentos concretos en los que el paciente necesita un consejo, una palabra de ánimo o una ayuda más técnica”, explica Miguel Ángel Mayez, subdirector económico y de recursos humanos del Departamento de Salud Alicante - Sant Joan (España) y coordinador de la Oficina 2.0 de la Agencia Valenciana de Salud.

Mayez, creador del blog sobre gestión sanitaria “Salud con cosas”, asegura además que “es fundamental perder el miedo a las redes sociales”, y agrega que estas “son una herramienta básica para mejorar nuestro conocimiento práctico de las enfermedades, de los pacientes y de otros profesionales”.

El doctor Casado ha vencido ese miedo y ahora mezcla sus consultas cara a cara con elementos que ofrece el ciberespacio. Su “e-consulta” es un complemento digital a la visita clásica al consultorio, y en ella se echa mano del correo electrónico, del blog, del Twitter y del Facebook para acercarse a sus pacientes.

Casado reconoce, sin embargo, que los profesionales de la salud “lo tienen difícil” ya que “sigue habiendo muchos que no usan ni el email en su vida ordinaria. Cambiar un disco duro que ha necesitado décadas de formateo no se hace de un día para otro”.

DOCTOR TEMOR

Los expertos concuerdan en que existe una mayor reticencia por parte de los doctores que de los pacientes a entrar de lleno en la medicina 2.0., según explica Helen Atherton, investigadora del Imperial College de Londres. “Como los pacientes están más acostumbrados a usar las redes sociales en su vida diaria tienen menos preocupaciones en utilizarlas que los profesionales de la salud”.

Añade que las “preocupaciones más comunes de los médicos y profesionales de la salud sobre el uso de estas tecnologías tienen que ver con el incremento de su trabajo, con aspectos legales y de su propia seguridad”.

Ese temor que tienen los médicos para utilizar este tipo de canales para comunicarse con sus pacientes puede estar bien infundado, ya que existen aspectos que al ser revelados a la luz pública pueden afectar la relación entre ambas partes.

En el artículo “Practicando la medicina en la era del Facebook”, publicado en agosto de 2009 en “The New England Journal of Medicine”, el doctor Sachin H. Jain explora las dificultades a las que se pueden enfrentar los profesionales de la salud al compartir las redes sociales con sus pacientes.

Jain resalta cómo la distancia profesional entre unos y otros puede verse enrarecida por el uso de las redes sociales. Señala, por ejemplo, cómo el juicio clínico de un médico se verá afectado si uno de sus pacientes descubre fotos de él en Facebook en las que aparezca de fiesta, o como la familia de un paciente se puede resentir si una enfermera relata en su blog pormenores de su tratamiento.

Instituciones como la American Medical Association (AMA) han adoptado políticas sobre el uso que los doctores deben darle a las redes sociales. En un reporte de noviembre pasado, el AMA afirma que “el acceso de los pacientes a información personal en línea de los médicos puede traer diversas repercusiones que incluyen la pérdida de la confianza o del respeto”.

La licenciada en medicina Mónica Moro, investigadora del Grupo Menarini y quien recientemente dictó en España el taller práctico “¿Hablamos en Twitter? Mejorando el diálogo en salud 2.0”, agrega un punto más a la discusión: “el médico se ve agredido cuando el paciente acude a la consulta con información extraída de Internet. Pocos han sabido usar esto a su favor”, asegura.

EL FUTURO

En lo que coinciden varios expertos es que el camino por recorrer en medicina 2.0 es amplio y queda mucho por descubrir. “Debemos formar a profesionales y pacientes en esta actitud 2.0, haciéndoles ver los beneficios que van a obtener”, augura Moro.

Por su parte, Miguel Ángel Mayez opina que el reto es “romper las fronteras de la comunicación tradicional y comprobar que Internet puede ser un canal muy útil para mejorar la atención al paciente, y una herramienta muy poderosa para que el profesional cree y difunda conocimiento”.

En esa misma sintonía Helen Atherton apunta que “las posibles aplicaciones de las redes sociales incluyen la promoción de mensajes saludables, como por ejemplo dar consejos para dejar de fumar o promover las dietas sanas”.

El doctor Salvador Casado, sin embargo, es enfático al señalar que no debemos “esperar milagros de lo virtual y las redes sociales. Los pacientes quieren que les hagamos caso, que los miremos a los ojos, y eso no se puede hacer en las redes sociales”.

La medicina 2.0 sigue explorando cuáles son sus posibles beneficios, y mientras pacientes y doctores descubren sus bondades y perjuicios, no habrá más que seguir asistiendo a los consultorios tradicionales para ser examinados por los médicos.

DESTACADOS:

* Existe una mayor reticencia por parte de los médicos que de los pacientes a utilizar redes sociales para ponerse en contacto.

* Los mayores avances en medicina 2.0 son los grupos creados por los propios pacientes para discutir sobre sus enfermedades.

* Algunos médicos ya utilizan consultas virtuales que mezclan con las visitas tradicionales al consultorio.

Fuente: Vanguardia

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